Luego de decidir su partida rumbo a la selección de Baréin de la mano de Juan Antonio Pizzi, afloraron los recuerdos de los más de 25 años del ex arquero en el Canalla
Hernán Castellano dejó Rosario Central tras 14 años consecutivos en el club. La noticia causó impacto en los hinchas canallas porque el "Rifle" ya formaba parte de la familia auriazul. Su presencia en el club, su trabajo en la institución, había saltado el umbral de los cortes que a menudo se dan cuando hay cambio de entrenadores e incluso cambios en las comisiones directivas.
Cuando se dice "toda la vida en el club" es literal porque fueron 25 años de Castellano vistiendo los colores auriazules, solo contando sus etapas como futbolista profesional y luego desde la preparación de arqueros. Todo ello sin contar la etapa formativa en divisiones menores canallas.
Durante 11 años jugó para el Canalla por dos etapas: 14 partidos entre 1992 a 1996 y 42 encuentros desde 2001 a 2008. Como entrenador de arqueros desde mediados de 2009 cuando se sumó al cuerpo técnico de Ariel Cuffaro Russo. Además, en su carrera como futbolista también atajó en Gimnasia y Esgrima de Jujuy y Unión de Santa Fe.
El ex arquero de Central jugó al límite durante toda su carrera, incluso al límite de la cordura. Con cierto arrepentimiento, una vez retirado, el Rifle expresó que mirado a la distancia no parece tan normal haber ido a cabecear en un córner en un primer tiempo en un clásico o meterse dentro del campo de juego para sacar a los empujones a un rival que se retiraba "haciendo tiempo": "Me expulsaron seis o siete veces estando en el banco", expresó.
El Rifle contó alguna vez que su primer sueldo se lo regaló a dos chicos que pedían en la calle: "Yo me había roto los ligamentos cruzados y prometí que si podía volver a jugar lo iba a hacer. Apenas salí, me crucé con dos chicos pidiendo y le regalé la mitad a cada uno. No entendían nada".
Tal vez uno de sus momentos de gloria como arquero fue haberle atajado un penal a Diego Maradona en el Gigante de Arroyito, e incluso taparle el rebote: "No me di cuenta lo que iba a implicar eso en mi carrera. Diego tuvo un gran gesto ese día. Yo le había dicho que si me hacía el penal me tenía que regalar la camiseta. Y se lo atajé. Pero cuando llegué al vestuario me avisaron que Diego me la había dejado igual. La guardé en una caja fuerte".
"Creo que el hincha de Central me quiere injustamente. Bueno, no injustamente, sino que me sobrevaloran. Soy igual que un montón de chicos que pudo jugar en primera y que también son hinchas, pero se ve que les gusta mi forma de ser y de defender los colores", dijo en TyC Sports.
El Rifle seguirá su carrera como entrenador de arqueros, pero como colaborador de Juan Antonio Pizzi, otro exfutbolista auriazul, en la selección de Baréin. Seguramente, Castellano tendrá una nueva vuelta al canalla porque es su casa.
Desarrollado por Rodrigo Guidetti
